miércoles, 11 de noviembre de 2009

La tragicomedia del Concurso Nacional de Belleza

En mi primer intento de construcción de un blog, a finales del 2007, me referí también a este tema. (No se porque tengo esa fastidiosa costumbre de escribir sobre las cosas que me disgustan en vez de escribir sobre aquellas que me agradan).

Año tras año, desde finales del mes de Octubre, comienza en la heroica e ínclita ciudad de Cartagena, el despliegue de medios informativos que cubren el Concurso Nacional de Belleza. Las secciones de farándula de los noticieros mueven sus sets y se establecen en los más pintorescos parajes de la ciudad, desde donde transmiten las notas sobre los eventos del Reinado. Las sexys presentadoras en vestidos de baño presentan las últimas informaciones sobre el mini Cromos, los desfiles, las presentaciones, las medidas, los maquillajes, las sonrisas, los rostros; en fin, todo lo relacionado con este importante evento que atrae la atención de la opinión pública del país.

Todo este despliegue de glamour que hipnotiza a oriundos y foráneos de esta ciudad, distrae las miradas que día tras día se posan sobre la pobreza, la inseguridad, el desempleo, la drogadicción, la violencia, el bajo nivel educativo, la miseria, la mendicidad, la prostitución infantil, el sicariato, el pandillismo, los pésimos servicios de salud, la corrupción, la incultura ciudadana, el caos del transporte, la contaminación, la destrucción del espacio público, de las zonas verdes, del mobiliario urbano, el expendio de estupefacientes...

Esos problemas siguen estando allí mientras la ciudad recibe a los actores, cantantes, modelos y demás miembros de la farandulilla nacional; mientras las sexys presentadoras aparecen en los noticieros hablándole al país de los temas de mayor interés en el momento y respondiendo las preguntas más trascendentales: ¿Quién sube y quién baja en el podium real? ¿Cuál es la mejor cola? ¿Quién tiene el rostro más lindo? ¿Cuáles candidatas tienen cirugías estéticas?

Claro que es inconcebible una Cartagena sin Reinado, sin sexys presentadoras, sin miembros de la farandulilla nacional. Para ellos siempre tendremos listos los pintorescos parajes que ofrece nuestra ciudad para que monten sus sets. Podrán aterrizar en el aeropuerto Rafael Nuñez, recorrer la Zona Norte, Las Américas, Crespo; podrán pasear en coche por San Diego y el centro Histórico y caminar por Bocagrande, El Laguito o Castillogrande. Podrán ir de rumba a la Calle del Arsenal. Los problemas de la ciudad los guardaremos en La María, La Quinta, San Francisco, Los Comuneros, Palestina, 7 de Agosto, Boston, La Candelaria, El Cielo, Ceballos, Policarpa, Nelson Mandela, Arroz Barato, La Sierrita, Maria Cano, Nazareno, El Educador, Henequén, Manuela Vergara de Curi y dos docenas de barriadas más.
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